sábado, 24 de noviembre de 2007

Viernes cuatro am

Hoy me siento mal (no es una buena forma de empezar un post, pero me siento muy mal). Son esas cosas que llaman mal de amores. O mejor dicho, supuestos superados en males de amores que vuelven a renacer después de mucho tiempo (tal vez algún descorazonado comprenda lo que quiero decir).
Tengo algo de ganas de llorar, algo de ganas de terminar la botella de wishky que está en la mesa, algo de ganas de volver al tabaco, algo de ganas de volver a tantos vicios. Es eso de "sirva otra vuelta pulpero"; o aquello de "cantinero sirva otro tequila", o probablemente esto de "otra copa que traigo dinero pa pagarle". En fin, beber para olvidar y olvidar para beber. No recuerdo donde leí que bebían para olvidar, tanto que ya ni recordaba por qué bebía (suena un poco a Rulfo, pero creo que es de Les Luthiers). Me acabo de levantar a servirme un poco de wishky.
No sé, tal vez entiendan bien, tal vez no. Estoy demasiado borracho como para explicar lo que realmente siento (aunque creo que sólo me animo a hacerlo en este estado).
Amigos, lectores o lo que mierda sea quiero decirles que: ¡me cago completamente en la moralidad, en las convenciones, en la institucionalización, en todo! Perdón, hoy siento demasiado odio y angustia (Boulieu decía -en su ars poética- que aquel que no pueda controlar sus emociones no sabe, ni supo jamás, escribir).
Sí, es mal de amores lo que me afecta hoy y es mal de amores (aunque el wishky influye también) lo que me hace odiar tanto la moral y las convenciones.
Bueno, perdón si les molesta bancarse mis lamentos y lloriqueos. Hoy estoy con la autoestima por el piso.

1 comentario:

Anónimo dijo...

A todos, por todos me refiero a mi, nos ha pasado y nos pasa aún. Y pasa, creeme que se pasa.
Muchas palabras y gestos se me atascan ahora en la garganta, si me das un empujoncito, suave, no soy sado, me explico bien