Comprendo perfectamente a lo que usted se refiere. El problema radica en que no concuerdo y, usted bien lo sabe, si no hay mutuo acuerdo no puede establecerse nada, sobretodo así.
Me dirá usted que mi postura es cerrada, que lo estoy traicionando, que "dónde ha quedado aquél", "ése que era yo antes". Bueno, "ése que era yo antes" como usted dice; ese tipo, es el mismo que ahora, sólo que no considera posible su propuesta, sólo que no la considera digna de realización. Nada más que éso. Créame, es en casos como el que nos toca vivir hoy en los que hay que ponerse firme y proceder de una manera y no de otra. En casos como el que nos toca vivir hoy, en estos casos es cuando prefiero plantarme frente a usted y decirle: muchas gracias, pero usted está equivocado y, con eso no llegaremos a ningún lado.
¿Es mi postura un tanto extrema? Puede ser, aunque no creo que sea para tanto. Fíjese en actuaciones anteriores, en acciones anteriores. Encuentre usted la continuidad entre ellas y se dará cuenta de lo que hoy le digo. Es más, me arriesgo a decir que terminará usted aceptando esta posición.
domingo, 2 de septiembre de 2007
Rechazos y conflictos internos
Comenta Juan Carlos Atkingson en 17:17
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